La música y el canto devocional son bases fundamentales de la vida monástica de nuestra congregación. Son también expresión del ofrecimiento de nuestras consciencias a Dios. El canto contribuye en la elevación del alma y construye un puente de unión entre el Cielo y la Tierra, crea la condición para que descienda sobre la humanidad la Gracia y la Misericordia.
Los Mensajeros Divinos — Cristo Jesús, la Virgen María y San José — invitan a la humanidad a vivir la música como una expresión de amor al Plan Divino.
Entregados a esta tarea, monjes de la Orden Gracia Misericordia y colaboradores voluntarios, ofrecen sus voces y talentos para expresar, con amor y simplicidad, su devoción a Dios.
Por medio de estos cánticos, somos invitados a abrir nuestros corazones
y a descubrir la alegría de estar en Dios.
Por eso, oigan, canten y permitan que la armonía y la melodía los conduzcan por este camino
de elevación al encuentro con el Creador.
